Mapaternidad vs Ego

¿Habías escuchado antes el término «Mapaternidad»? Lo usamos para referirnos a una crianza conjunta, en igualdad de derechos y obligaciones. ¿Cómo te sentís vos en tu rol de mamá o papá?

La mapaternidad conlleva muchos cambios. En muchas ocasiones, esos cambios te van a hacer sentir que no estás en tu eje. Podés llegar a sentir desequilibrio y frustración, sentir que ya no sos la misma persona. Tal vez en esos momentos, pensaste «¿Qué me esta pasando? ¡¿Me estoy volviendo loco? ¿Alguna vez voy a volver a ser Yo?»

Tranqui, y vayamos de a un tema por vez.
En la mapaternidad hay muchos cambios, esto no es novedad. Lo que tal vez nunca habías imaginado, es que ibas dejar tu persona de lado: cuando empezás a ser mamá o papá, el «Yo» casi no existe. Es muy duro, pero por un hijo, se hace: sus necesidades, sus deseos, su rutina son siempre lo más importante. Simplemente porque te necesita, no puede solo.

Esto no significa que siempre esa persona que él necesita, tengas que ser vos. Si no te cuidás ni guardás tiempo y energía para vos, no vas a poder estar bien. Primer aprendizaje: Pedir ayuda, crianza en tribu y no en soledad.

Es verdad, a veces tenemos la sensación de estar volviéndonos locos. Porque no estamos en nuestro centro, tuvimos que dejar nuestro ego de lado. Cuando tenés una personalidad ya desarrollada, tus prioridades en orden… dejar tu ego implica postergar tu deseo y eso cuesta… es un costo emocional que no está detallado en ninguna parte.

Pero tranqui; esta etapa va a pasar y vas a volver. No a quien eras antes: Vas a volver con un «Yo» fortalecido y mucho más flexible, que se adapta a todo; con nuevos aprendizajes y más experiencia.

¿Querés volver a encontrarte? ¿Volver a ser un amigo, un profesional, además de mamá o papá? ¿Por dónde empezar?
Psicológicamente voy a darte una respuesta que va a parecerte muy simple y general a la vez, pero es lo más importante: Para volver a encontrarte, debemos rescatar tu deseo.
Volver a conectar con vos, con aquello que te gustaba hacer, que disfrutabas. Eso no se desconectó, está ahí… quizá algo dormido, pero esperándote. A tu mente le cuesta encontrarlo, porque está ocupada preocupándose por otro ser.

No te pierdas en la aventura de la mapaternidad. Tampoco intentes buscar el equilibrio de manera rápida o fácil: sabemos que es súper frustrante. Sé vos mismo, fiel a tus deseos y tus instintos: escucháte y confiá en vos!

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