Decir NO
Seguro que alguna vez escuchaste decir: «Tenés que aprender a decir que NO». ¿Eso se enseña en algún lado? Yo creo que es cuestión de práctica y sobre todo, de decisión.
¿Porqué nos cuesta tanto decir NO? Nadie quiere lastimar o defraudar a los demás, pero cuando dejás a un lado tu propio deseo para hacer lo que los demás quieren, podemos decir que hay un problema. Decir que no es poner un límite. Los limites separan y educan: un limite puede encerrarte; pero también liberarte. Decir que no, te permite decir que sí a otras cosas que tal vez no te animabas.
Muchas veces, tenemos miedo de hacer lo que queremos: vestir de una manera, definir el género, terminar una relación, renunciar al trabajo, estudiar una carrera o dejar de estudiar; todo por miedo al que dirán, por si me van a querer menos, a rechazar o juzgar por mi elección… Así acabamos viviendo una vida que no queremos.
Ante todo esto, la mente trata de protegerte, porque es una decisión que te genera mucha angustia. Decir que No, es tomar una decisión: una decisión por vos.
Si estás leyendo esto y pensás «esto es lo que me pasa», significa que ya sos consciente de eso que te angustia; y lo querés cambiar. Es momento de decir NO, y no postergar lo que verdaderamente querés hacer o ser.
Al decir NO.. comprás una hoja en blanco para dibujar lo que quieras. Sé que da miedo, pero sos una persona adulta, libre… sentí orgullo de poder decidir tu destino!! Aunque tu decisión sea hacer un bollito con esa hoja.
Decir que no, con respeto, sin excusas… es muy difícil. Entonces, ¿cómo se hace?
- Primero: tenés que estar en paz con vos, saber lo que querés y lo que no. Ser sincero con vos mismo. Si este paso no está claro, será difícil continuar con lo siguiente. Podés buscar ayuda profesional para aclarar cuál es tu deseo.
- Segundo: Elegís comunicar tu decisión? No siempre es necesario contarlo, Hacé el cambio y los hechos van a hablar por sí mismos.
Al contarlo… te estarás preguntando que pasa con lo sentimientos de los demás, cómo hacer para no lastimar a nadie… Los sentimientos del otro, son del otro. La otra persona tendrá que hacerse cargo de su angustia, decepción o lo que sea que le pase con respecto a tu decisión. Vos elegí decirlo con respeto, acompañar y hasta podés compensar tus acciones de alguna forma. Por ejemplo; si decidís renunciar al trabajo , podes ofrecerte para entrenar a quien te reemplazaría. - Tercero: Pensá alegremente en el futuro: ¿cómo será el después? ¿Qué podrás hacer cuando ya no tengas que hacer eso que no querés hacer? Por ejemplo: te va a sobrar tiempo o plata, vas a estar de otro humor, vas a poder usar o hacer eso que querías, no vas a tener que esconderte…
Todos tenemos obligaciones y vivimos en base a ciertos acuerdos sociales, pero si estas cosas te ponen triste o coartan lo que sos, te dan malhumor, es hora de replantearse: ¿Quiero seguir así? si la respuesta es NO, animáte a decir que NO y sobre todo animáte a ser y hacer lo que quieras, sin excusas.
Buenísimo Noe, me gustó!!!!
Y como me conocés bastante, sabés que aplica en gran medida conmigo, jajaja……..
Ahora estarás pensando…… de que me río, cierto….?