Algo me lastimó…
Hay muchas situaciones en la vida que pueden lastimarnos. Puede ser algo externo o una crisis con nosotros mismos.
Para hablar de este tema, te voy a contar una historia real para ilustrar el proceso de recuperación:
Un día, apareció en el patio de mi casa una paloma lastimada. Como no podía volar, creí que sería peligroso para ella dejarla ahí, había depredadores que podían acercarse. La llevamos a un balcón donde iba a estar más a salvo mientras se recupere. Le dimos pan, agua y a los pocos días, su ala lastimada empezó a estar más fuerte. Lo supimos esto porque todos los días, desde el primer minuto en el balcón, intentaba volar. Lo intentaba pero solo podía hacerlo bajito, no levantaba vuelo y se chocaba contra las paredes.
Cuando estuvo lo suficientemente fuerte y curada, ¡voló! Primero a un árbol más cerca y después a otro más lejos… hasta que la perdimos de vista.
Vamos a enumerar cada momento para poder repensarlo y relacionarlo con la vida:
1. Reconocer que estoy mal
2. Resguardarnos de más dolor o peligros (Porque ya estamos vulnerables o dolidos). No es aislarse totalmente.
3. Por más dolor y frustración que sintamos, es posible y necesario seguir persiguiendo tu objetivo todos los días. Aunque te des contra la pared y se cierren las puertas; aunque sientas que no podés.
4. Una vez completa la recuperación, andá probando paso a paso para ver cómo te sentís. Eso te dará confianza y sabiduría.
Habrá otra situación o la misma, que te vuelva a lastimar, podrás hacer estos pasos una vez más. Lo bueno, es que cada vez tendrás más experiencia y menos incertidumbre. Es inevitable lastimarse, por más cuidadosos que seamos; porque es parte de la vida.
Espero que está metáfora te ayude a reflexionar y si estás lastimado, pronto puedas recuperarte y ¡volar!