Regale tiempo

No más camisas, tecnología o bandejas de desayuno; como regalo por el día del padre, te propongo conectar desde otro lugar: regalá un día en plaza, una merienda para poder conversar, un paseo inolvidable…

Cuando nos hacemos grandes o nuestros padres ya no están, ¿qué nos queda de ellos?

Nos quedan los recuerdos; los momentos, el tiempo que nos dedicaron… el ejemplo de vida que nos dieron, cómo llevaron adelante su rol, ¿Qué te quedó de todo eso? Seguro tu respuesta está ligada a una emoción, porque de eso se trata la vida: de momentos y personas que dejan huellas en cada uno de nosotros.

Freud, padre del psicoanálisis, nos enseña que nuestro aparato psíquico está compuesto por huellas mnémicas. ¿Qué son? Recuerdos ligados a emociones a su vez ligados a sensaciones: un aroma que te transporta a la infancia, una palabra de aliento que te dijeron en el momento justo…

Si tu papá sigue contigo y tenés un buen vínculo con él (o deseas tenerlo); planifica un día para celebrar y llenarlo de momentos lindos e inolvidables. Si sos la compañera de un papá y/o la madre de sus hijos, recordá que el tiempo juntos, las charlas y momentos de juegos son irremplazables y tienen un impacto emocional invaluable.

Date ese tiempo, tomate un momento para vivir, charlar, divertite con quienes amas. El tiempo vuela, como se dice, pero podemos aprovecharlo al máximo llenándolo de momentos importantes y así ser más conscientes de su impacto.

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