Vivir en positivo.

Vivir siendo seropositivo puede ser angustiante. En este articulo vamos a hablar sobre cuáles pueden ser signos de alarma a nivel emocional, y también cómo afrontar el día a día.

Pensando en el titulo para este articulo, me resonaba la «V»… En cómo es vivir con el virus: Tener el resultado del test y entender que ese «positivo» va a estar ahí de por vida. Lo cual no quiere decir que se lleva una marca… aunque al principio, puede que se sienta así, que te sientas juzgado o excluido… pero recordemos que la «H» en la sigla, significa «humano»: Quien es portador del virus no deja de ser humano.

La sensación de estar indefenso, y de no ser nada más que eso es deshumanizante. Puede que aparezcan la culpa, la tristeza, la vergüenza… Puede que aparezcan muchos «porqué»: ¿Porqué no me cuidé? ¿Porqué a mí? ¿Porqué confié?… Pero nunca te juzgues por lo que tenés, medite por lo que podés llegar a ser.

Para aprender a vivir con el diagnóstico, es necesario incorporarlo, naturalizarlo y hacerlo parte de la vida: tomar todos los cuidados y seguir el tratamiento. Si conocés a una persona que vive con VIH y te lo cuenta, escuchá lo que tiene que decir. Si sos una persona que vive con VIH, te digo esto: Que el virus sea parte de tu vida, y no el foco principal; porque sos mucho más que solamente «una persona con VIH».

Sos una persona con sueños y proyectos, como todos. Pero al ser seropositivo, todo se pone en duda: lo que vas a ser capaz de lograr, lo que da el tiempo de hacer, y mucho más… ahí es donde la estantería se sacude y entra el miedo, Empieza a afectar en lo emocional. La ansiedad y el estrés pueden aumentar y desencadenar picos de depresión. Esto le puede pasar a cualquier persona, con o sin VIH. Todos debemos estar atentos a nuestra salud mental y emocional.

Pero especialmente si sos una persona que vive con VIH, buscá ayuda si estás pasando por esto, porque puede afectar negativamente tu tratamiento médico.

¿Cuáles son los signos de alarma?
– Trastorno del sueño: pesadillas, insomnio, despertares nocturnos
– Apatía generalizada: falta de ganas e iniciativa por ejemplo para estudiar o trabajar
– Trastornos o desordenes en la alimentación
– Signos de ansiedad
– Pensamientos negativos o suicidas
– Crisis de angustia o estrés

Si alguno o varios de estos síntomas persisten durante semanas, seria bueno que puedas consultar con tu equipo médico, para hacer un tratamiento integral y también cuidar tu salud emocional: ambos deben ir de la mano en el tratamiento.

No tenés porque pasarla mal o sentir que estás solo en esta. Vivir es conectarte con lo que te hace bien, rodearte de vínculos sanos y sinceros, que te quieran por cómo sos y no por lo que tenés o dejás de tener. No te aísles, busca esa red de apoyo que pueda estar cuando la necesites y pueda sostenerte cuando estás abajo.



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