La fortaleza de una madre

Este artículo es un homenaje a todas las madres, en especial a la mía. Para todas las mujeres que ejercen este maravilloso rol, o cualquier persona que hace de mamá: padres, tíos, abuelos, maestros…

¿Cómo es que un bebé puede calmarse escuchando el corazón de su mamá o con solo escuchar su voz?¿Cómo es que nuestras madres perciben cómo nos sentimos y saben si algo nos falta?

En la física existen varios tipos de energías pero como esta, ninguna! Es poderosa, es particular. Es gestada entre una madre y su hijo. Antes de ser madre, pensaba que exageraban, que no era posible un amor así. No solo me equivoqué, me quedé corta. En este post quiero hablar de ese amor, porque hoy más que nunca creo que hay una conexión tan fuerte, de la cual podemos aprender mucho.

Personalmente, hubo muchas ocasiones en que sentí que ya no podía más, Me he sentido cansada, cansadísima. pero no de cambiar pañales o por dormir mal de noche. Hablo de cuando una madre, como cualquier ser humano, está emocionalmente cansada: esos días en los que sentís que no podés seguir…
Cuando tu mente te dice: «ya no podés, se agotó la batería»… ¿Cómo seguimos adelante?

Creía que la mente; lo racional tiene poco que ver, Pero no es así, porque lo racional y lo emocional actúan juntos y se mezclan en un solo ser; ¡Vos! que estás ahí.. cansada, a punto de servirte un café… y justo en ese momento, tu hijo llora o te llama, te necesita… y algo se enciende, como un combustible de reserva: el motor arranca y ahí estás otra vez… a full! Tu amor es el que responde, actúa como combustible para no dejarte caer.

Todas las emociones tienen influencia sobre nuestra mente y sobre nuestro cuerpo. Tu combustible puede ser el amor, pero también puede ser el enojo, la rabia o el disgusto. Lo mismo pasa con los pensamientos: Pueden motivarte pensamientos positivos, o pueden movilizarte pensamientos destructivos: acordáte de identificar bien cuál querés que sea tu combustible!

Cuando la mente te bloquee, cuando el cuerpo grite que ya no podés más; conectá con tus emociones: Ahí está la respuesta y el empuje que estás necesitando. Al conectarte con lo emocional, todo se vuelve más liviano.

Si por el contrario, estás muy emocional.. muy sensible, tratá de enfocarte en tareas lógicas o racionales: leer un libro, estudiar, organizar estantes, leer el correo, revisar las provisiones… mantener la cabeza ocupada, va a ayudarte a sobrellevar mejor esa emoción hasta que puedas resolverla.

La clave es saber adónde recurrir cuando sentís que te falta equilibrio o armonía: cuando estamos racionalmente muy cansados o saturados emocionalmente, es una señal de que perdimos ese equilibrio, y tenemos que conectar con la otra parte para volver a tu eje y salir adelante.

¿Cuantas veces como mamá, sentís que perdiste el equilibrio de tu vida?

Quisiera volver al titulo de este articulo y decirte algo más: Ser madre no es tener un superpoder, no es ser una mujer que todo lo pueda. Muchas veces perdemos ese equilibrio, no siempre vas a poder y está todo bien. Quiero que respires, que te respetes y que no hagas las cosas porque dicen que tenés que ser o hacer de tal forma.
Ser fuerte no significa poder con todo. Al hablar de fortaleza, me refiero a la intensidad de ese amor, un amor tan poderoso que actúa como energizante para nuestra mente y nos recuerda la razón por la cual seguimos.

Sé más considerada con vos misma, valora tus logros, ¡vas a darte cuenta de que lo bien que lo estás haciendo!

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